La hacienda
La realidad Talamonti echa raíces en la región de Abruzos, en un escenario que hace alarde de una naturaleza auténtica e incontaminada. Los viñedos gozan de la excepcionalidad de un terroir y el privilegio de un microclima especial, artífices de la reputación internacional del municipio de Loreto Aprutino, con su célebre vocación vitivinícola.
Un gran vino proviene de una gran uva. El corazón latiente del proceso entero no puede ser otro que la vid. En Talamonti el hombre trabaja en sinergia, adaptando los métodos y los tiempos a las singularidades del terroir, en el respeto de la identidad del varietal.
La producción de uva de Talamonti se extiende por 45 hectáreas. Las culturas autóctonas del Montepulciano y del Trebbiano d’Abruzzo se acompañan, desde 2004, con el cultivo experimental de vides de Pecorino. La minucia de las microvinificaciones ha posibilitado un delicado acercamiento a los rasgos genéticos del varietal, para valorar así la complementariedad con un territorio, comprender a fondo los hábitats y los rasgos somáticos, en una perspectiva de crecimiento en términos de calidad.
Quando cumpí nueve años, mi padre me ofreció mi primer vaso de vino. Como lo acercaba ala boca, el de repente me paró y me dijo: “No, para. Primero tienes que mirarlo, después tienes que llevarlo a la naríz, y solo después lo puedes saborear. El vino te va a contar una historia. Tienes que ponerle mucha atención a esto porque en este vaso de vino encontrarás el duro trabajo del cultivador.»
– Luigi Veronelli
Antonella Di Tonno & Rodrigo Redmont
El terroir
El clima
La viña y el olivo
El hombre
El terroir
La morfología del paisaje se ha visto notablemente influenciada por los importantes procesos glaciares ocurridos a lo largo de millones de años. El área de Loreto Aprutino es rica en testimonios geomorfológicos típicos de ambientes glaciares y periglaciares. El estudio de la composición del suelo ha demostrado su estratificación volcánica. Sin embargo, la característica ambiental más relevante de la región de los Abruzos es su extraordinaria biodiversidad. El sinfín de parques nacionales, el macizo Sibilino en el norte, el mar Adriático en el este, los montes de la Majella en el sur y, por último, la cadena de los Apeninos en el oeste, dan forma a las fronteras de una región que deja sin aliento y nunca deja de sorprender. El territorio de Loreto Aprutino, a 300 m snm y con una fisionomía única y privilegiada en el contexto centropeninsular italiano, se extiende a los límites de una rareza geomorfológica: el glaciar del Calderone, el más meridional de Europa y el único en el Mediterráneo central. El origen del nombre «Loreto Aprutino» data de la época romana y se atribuye a la selva de «laurel» que dominaba la colina en la que se levanta hoy el sugestivo burgo medieval. Loreto Aprutino hace alarde de orígenes ancestrales que se remontan al período de los primeros asentamientos cristianos. Los restos de una antigua villa romana, de un templo dedicado a la diosa Feronia, además de una necrópolis itálica en Colle Fiorano y Farina-Cardito, atestiguan que el área estaba habitada ya en el siglo VI a.C.
El clima
El clima en Loreto Aprutino se ve ampliamente influenciado por la presencia de la cadena de los Apeninos y del mar Adriático, ambos a pocos kilómetros de distancia. La temperatura media anual está alrededor de 15 °C con picos extremos de 35 °C durante el verano y de -2 °C en invierno. El promedio anual estimado de precipitación es de unos 700 mm. En invierno, si bien moderadas por la cercanía del Adriático, las corrientes de viento frío provenientes de los Balcanes pueden hacer reducir drásticamente las temperaturas y provocar nevadas. A estos fenómenos se debe la mayor rigidez de las temporadas invernales, frente a la de otras localidades situadas a las mismas latitudes.
La viña y el olivo
En Loreto Aprutino se han descubierto restos arqueológicos relativos a la producción de vino y aceite de oliva virgen extra. Esta tradición milenaria es tan extensa hoy en día que, entre los 7500 habitantes, han nacido 1400 realidades de producción, entre las cuales Talamonti. A lo largo de los siglos, numerosos literatos, como Ovidio, Plinio y Marcial, han alabado los vinos abruzos, traduciéndolos en versos o relatando su magnificencia. Incluso la recuperación del escorbuto de los caballos de Anibal en el año 216 a.C. se atribuyó a al Montepulciano d’Abruzzo. Desde hace más de 200 años, pues, los productores toscanos y abruzos se disputan el origen y la paternidad del nombre Montepulciano. La cepa denominada Trebbiano se menciona, en cambio, en los documentos firmados por el agrónomo boloñés Petrus de Crescentiis en 1303. Existen varios clones de Trebbiano como el Trebbiano Toscano, Romagnolo, Giallo y de Soave, pero solo el Trebbiano d’Abruzzo de Loreto Aprutino se menciona en las páginas que cuentan sobre los grandes vinos blancos del mundo. A menudo comparado con la variedad Semillón, este clon consigue desplegar una frescura asombrosa y resultar joven incluso tras 8 o 10 años, característica desconocida para la mayor parte de los vinos blancos italianos. No hay que olvidar, entre otras cosas, que Loreto Aprutino es la patria de la primera Denominación de Origen Protegida olivarera de Europa: La Aprutino-Pescarese, otorgada en 1996.Européenne.
El hombre
El grupo Talamonti está formado por un equipo de jóvenes talentos con enorme potencialidad. Educamos y sensibilizamos a la comunidad empresarial entera para que apunte a una dirigencia unida y lista para identificarse en la marca que transmite su mensaje. Futuras estrellas de la región de Abruzos se convertirán en portavoz y sinónimo de calidad en el mundo entero. Talamonti ha sido una de las primeras haciendas familiares del sector vitivinícola en invertir en una política que apunta a la satisfacción del cliente, con la implementación en 2007 del proceso de certificación que demuestra los estándares de calidad a nivel internacional (ISO 9001). Como genialmente describen las palabras del poeta francés Paul Valery, si contemplamos la perfección de la naturaleza podemos comparar los mejores vinos con perlas inmaculadas, definiéndolos «la preciosa obra de una larga cadena de causas y efectos cruzados». Paso a paso interiorizamos el proceso enológico como si las transformaciones se produjeran en un cuerpo humano, percibiendo al mismo tiempo el origen, la evolución y el ápice. Es este el profundo conocimiento del hombre que, junto al constante empeño del maestro de bodega, garantiza un alto estándar de calidad y apunta a convertir los vinos Talamonti en una expresión compleja de perfumes, aromas y fragancias que hablan de un territorio en el respeto de su propio origen.